Con mucha frecuencia nos preguntan durante los seminarios lo que sentimos acerca de la monogamia versus parejas múltiples.
Esta no es una respuesta fácil de responder ya que cada situación es diferente. Básicamente nuestra respuesta es que, la elección de ser sexualmente exclusivo con una persona o tener varios amantes, depende de lo que quieran y de lo que sientan necesitar en cierto momento de sus vidas.
No existen reglas cuando elegimos vivir en libertad. Cuando vivimos de manera consciente, vivimos de acuerdo a nuestra comprensión, dándonos cuenta de las consecuencias y tomando responsabilidad por nuestros actos.
Sin embargo, en el Trabajo de Aprendiendo a Amar, enfocamos nuestra enseñanza a como crear y mantener una intimidad sexual exclusiva, segura y comprometida por tres razones básicas.
En primer lugar, en nuestra experiencia, el gozo, sentido, nutrición y contento que obtenemos de una relación comprometida y sexualmente exclusiva, provee una profunda satisfacción que está más allá de cualquier comparación. Sin embargo solo viene desde la claridad de que este tipo de amor requiere tiempo, perseverancia, trabajar las dificultades, construir y mantener la seguridad y la confianza.
En segundo lugar, este tipo de intimidad es un viaje de despertar profundamente espiritual y emocional. Nos permite atestiguar y sentir nuestros miedos, inseguridades, pasiones, frustraciones y decepciones más profundas. Nos forza a lidiar con los aspectos más emocionantes y desafiantes de la vida.
En tercer lugar, conforme nos volvemos más sensibles y vulnerables, es muy fácil dañar la confianza tan delicada que la intimidad profunda requiere. En un nivel recóndito, todos somos seres profundamente frágiles y heridos. En nuestra experiencia, es difícil y probablemente imposible mantenerse abierto en lo profundo si uno o ambos integrantes de la pareja, tienen sexo o comparten una profunda intimidad con otra u otras personas.
Puede ser que nos encontremos dentro de una relación donde nuestra pareja desee tener varias o varios amantes y lo aceptemos no porque sea parte de nuestra verdad, sino porque estamos desesperados por amor.
Recientemente en uno de nuestros entrenamientos, una mujer nos preguntó cómo nos sentíamos acerca de esta pregunta. Cuando indagamos más acerca de su situación, ella compartió que ha estado varios años con un hombre que quiere tener múltiples parejas. Al principio pensó que podía aceptar este arreglo pero ha descubierto que ahora ya no se siente segura o abierta a su hombre. Es demasiado doloroso para ella.
Es comprensible el atractivo de tener múltiples parejas, porque como muchos hemos sido muy reprimidos en nuestra sexualidad, entonces tenemos el anhelo de explorar. Podemos anhelar la variedad, la aventura, la excitación y la vitalidad. Podemos anhelar vivir sin restricciones, reglas o contratos que nos aten. Incluso podemos haber entrado a una relación monógama antes de que realmente estuviéramos listos o hubiéramos explorado con varias parejas. Podemos encontrar la intimidad exclusiva aburrida y sentirnos resentidos y aprisionados. Entonces encaramos una difícil decisión: ya sea quedarnos frustrados e insatisfechos o arriesgar perder nuestra relación al abrir nuestra sexualidad. Es una situación retadora que encontramos con frecuencia en nuestro trabajo.
Sin embargo a veces, el adoptar una filosofía de tener múltiples parejas (“poliamoroso”) puede ser una manera de evitar nuestros miedos a la intimidad o de evitar encarar los retos y trabajo que requiere una relación comprometida. De hecho lo atractivo de mantener una relación de amor prolongada y exclusiva y la motivación para trabajar los momentos difíciles puede ser convincente cuando nos encontramos profundamente enamorados con alguien.
Un participante compartió en un grupo, que firmemente pensaba que tener múltiples parejas sexuales era una manera más evolucionada de estar en una relación. Le contestamos que si eso le funcionaba, entonces no había problema. Pero sugerimos la posibilidad de que si verdaderamente amaba profundamente a su mujer, tal vez cambiara su punto de vista. De hecho, tiempo después, conoció a una mujer que lo tocó de una manera que no había experimentado antes y ahora nos dijo que estaría muy mortificado con el hecho de pensar en ella haciendo el amor con otro hombre. También sentía sinceramente que su amor y conexión era tan profunda que estar con ella era más que suficiente.
Otro factor a considerar al abrir esta pregunta de relación exclusiva o abierta es si ambas personas están de acuerdo.
Hace algunos meses hicimos un evento abierto en Viena y un hombre nos preguntó acerca de nuestra opinión de “relaciones abiertas”.
Queremos saber “¿Porqué haces esta pregunta? ¿Cuál es tu situación?”
“Porque mi novia no está feliz con que yo quiera tener otras amantes”.
“Te preguntas ¿porqué escoges estar con alguien que quiere un tipo de relación diferente a la que tu quieres?”
“Bueno, me gustaría tener su permiso para explorar pero quiero saber que ella va a estar ahí para mi.”
“Puedes vivir con tu libertad de esta manera, pero tienes que aceptar el riesgo de que la puedas perder o que ella también quiera hacer el amor con otros.”
En este punto, se quedo completamente callado.
Finalizamos la discusión sugiriendo que sería una buena idea tener sesiones de terapia porque tal vez había otros temas con los que tenía que lidiar.
En nuestra experiencia, el escoger la monogamia tiene que ser una decisión consciente a la cual lleguemos porque es parte de nuestra verdad. No es una decisión consciente si nos unimos y nos comprometemos a ser sexualmente exclusivos porque así fuimos condicionados o por que somos motivados por el miedo – el deseo de la seguridad, el miedo a la soledad o un capricho u obsesión ciega. En este tipo de relación, uno o ambas parejas puede ser que tengan hambre por tener más aventuras porque su forma de relacionarse y sexualidad se ha vuelto aburrida y muerta. Para mantener la seguridad y sentirnos llenos de vida, tal vez tengamos affairs y los mantengamos en secreto.
Pero si nuestra elección de la monogamia viene del darte cuenta que los encuentros casuales de sexo no nos dan lo que estamos buscando, entonces es una decisión consciente. Anhelamos algo mucho más profundo y más duradero. Aunque tampoco vamos completamente cegados. Sabemos que tomará compromiso, trabajo interior y una voluntad para lidiar con nuestras decepciones y nuestros miedos. Tendremos que aprender acerca de nuestras propias inseguridades y miedos y aquellos de nuestra pareja y necesitaremos aprender cómo es que surgen al ir más profundo en la relación. Necesitaremos aprender como sentir y comunicar nuestros sentimientos y heridas. Necesitaremos aprender a sentir y afirmar nuestros límites.
Al lidiar con esta pregunta, tenemos que mencionar que la sexualidad y el estar buscando conquistas puede ser una droga. Puede ser una manera de evitar nuestras heridas de vergüenza y abandono. Conforme va cambiando la sexualidad en una relación monógama y comprometida (¡como siempre sucede!) tal vez anhelemos la excitación, entusiasmo, chispa y brillo que se tenía al inicio. El Amor es lo único que puede reemplazar la adicción por el entusiasmo. La manera de reemplazar la excitación o emoción del sexo es creando y manteniendo una profunda conexión desde el corazón con nuestra pareja.
Si elegimos estar con más de una pareja, lo podemos hacer conscientemente si estamos conscientes de las consecuencias, si tenemos la voluntad de ser honestos y abiertos y de mirar profundamente dentro para ver si estamos eligiendo esta opción para esconder nuestra adicción sexual, heridas o miedo a la intimidad. Con frecuencia vemos a personas eligiendo parejas múltiples porque es muy difícil para ellos establecer límites y por lo tanto se pierden a ellos mismos fácilmente. El tener múltiples parejas les ayuda a no sentirse tan vulnerables y expuestos y esto les permite mantener un cierto sentido de ellos mismos.
Si elegimos ser monógamos, podemos mantener nuestra vida sexual llena de vida con una sola pareja, si hacemos de la intimidad y la sexualidad una exploración en desarrollo, continua. Va a funcionar de maravilla si tenemos la voluntad de poner toda nuestra energía en aprender las herramientas para mantener una intimidad comprometida. Esto significa elegir a una pareja de manera consciente y después aprender a mantenerse abierto, a comunicarse, a resolver conflictos, a contener nuestras frustraciones cuando nuestra pareja no es como nos gustaría que ella o él fuera, y a defendernos a nosotros mismos cuando sea necesario.
Bueno, esta es nuestra experiencia después de estar más de veinte años juntos.