Muchos de nosotros, tal vez la mayoría, tenemos o aún peleamos con el hecho de estar atrapados en algún tipo de comportamiento adictivo. Puede ser una sustancia como el alcohol, mariguana, cocaína, cigarros, comida, café o azúcar. También puede ser una adicción a una persona: ser dependiente de alguien para recibir amor, aprobación y atención o bien lo opuesto: evitar la cercanía de manera crónica. Otra forma de evitar nuestros miedos, vergüenza y shock es manteniéndonos ocupados, trabajando de más, comprando o bien con una necesidad de control obsesiva, de poder o buscando múltiples parejas sexuales.
¿Cómo sabemos si un comportamiento es una adicción?
Una adicción es un tipo de comportamiento crónico que nos evita sentir nuestros miedos, vacío y vergüenza profundos, mismos que todos llevamos dentro, y que tiene un impacto destructivo en nuestras vidas. La mayor parte del tiempo ni siquiera sabemos lo que estamos evitando debido a que el comportamiento es completamente automático. En otras ocasiones no reconocemos que puede ser una adicción debido a que es algo socialmente aceptado y tiene beneficios como son: el sentirse sexualmente libre, el estar estimulado constantemente, entretenido; o que el uso de sustancias es parte de estar entre amigos.
Andrés se sentía más cómodo con de las personas cuando bebía. Fue hasta después de un año de trabajo interno intensivo, cuando se dio cuenta que estaba ocultando sus inseguridades detrás del alcohol. Se unió a un programa de 12 pasos, se comprometió a mantenerse sobrio y a asistir a reuniones regulares, aun cuando al principio se resistía a etiquetarse a si mismo como “alcohólico”. También se comprometió a asistir con frecuencia a seminarios de crecimiento y a tener terapia individual de manera regular.
Daniela está desesperada por tener amor y muy fácilmente entra en pánico ante la más mínima indicación de rechazo de parte de su novio o de que él no esté disponible para ella. El se repliega ante la presión que siente de parte de su novia y encuentra excusas para distanciarse de ella. No sabe cómo lidiar con la pequeña niña apanicada y se siente culpable de tomar su propio espacio. Pero después de trabajar con sus propios temas, tiene la claridad de que no quiere ser la mamá o papá de Daniela y está aprendiendo a establecer límites. Daniela es una adicta a las personas, proyecta en la otra persona al rescatador de sus emociones, vacío y soledad.
Oscar solo puede estar con una mujer cuando siente que ella solamente se dedica a él y le da atención y apoyo incondicional. El se encuentra profundamente involucrado en sus proyectos de trabajo y se siente amenazado al estar con una mujer autónoma con sus propios proyectos. En el momento en que siente que la mujer no está completamente disponible, Oscar se retracta y comienza una nueva relación. Es un adicto al control.
Samuel fuma mariguana regularmente. Nunca ha considerado que esto sea una adicción, ya que para él, el fumar es un aspecto de su libertad y de su modo de vida desenfadado. Además le gusta la relajación, expansión y realizaciones que obtiene. Cuando no fuma, siente mucha ansiedad e incluso un temblor en las manos. Utiliza la mariguana como medicina para su ansiedad. El problema está en que no se está dando cuenta ni lidiando de manera efectiva con su ansiedad. Y más allá de ello, su adicción está alejando a su novia, ya que ella no lo siente presente cuando fuma.
¿Qué nos permite dejar nuestro hábito? ¿Cuándo es que finalmente estamos listos para encarar y recuperarnos de nuestro comportamiento adictivo?
En primer lugar, necesitamos darnos cuenta que tenemos una adicción, la cual está teniendo un efecto negativo en nuestra vida. Andrés no se sentía auténtico al beber, Daniela reconoce que está alejando a su novio por colgársele tan desesperadamente y a Oscar le falta tener una intimidad profunda en su vida. Los tres han reconocido que tienen una adicción problemática.
En segundo lugar, necesitamos sentirnos fuertemente motivados para detenernos, al darnos cuenta que el costo de la adicción es excesivo. Probablemente el costo sea nuestra salud, relaciones, auto-estima o creatividad. Debemos llegar a un punto donde el deseo por crecer sea mayor que la necesidad de gratificación instantánea; cuando hemos encontrado la habilidad de contener la ansiedad y los sentimientos de vacío e impotencia que son cubiertos por el comportamiento adictivo.
Nuestras adicciones son imperiosas. Son más que solo un hábito del que nos podamos deshacer con disciplina y determinación. La mayor parte del tiempo, quien trata de recuperarse de una adicción, sin trabajar internamente al explorar sus miedos y vergüenza, no va a tener éxito. No es duradero ya que tan pronto la ansiedad interna se agrave debido a las circunstancias de la vida, tendemos a regresar a nuestro comportamiento adictivo.
Mateo ha tenido un problema por mucho tiempo, con borracheras. No bebe regularmente, pero cada vez que su vida se vuelve demasiado estresada, se pasa días bebiendo alcohol en exceso. Ha estado en rehabilitación tres veces y cada vez ha estado convencido que su problema está resuelto. Al terminar los programas, se le alentaba profundamente a continuar con el programa de 12 pasos y asistir a las reuniones. Pero él lo rechazaba completamente, convencido de que no tenía una enfermedad o la necesidad de apoyo para mantenerse sobrio. Tan pronto como el estrés en el trabajo se volvía abrumador, regresaba a darse sus borracheras.
El tercer criterio para detener la adicción, es buscar apoyo confiable. Dependiendo de aquello con lo que estés lidiando, puede ser un amigo cercano pero la mayoría de las veces, se necesita de alguien que haya pasado a través del proceso de una manera exitosa y que sepa profunda e íntimamente lo que significa renunciar a la adicción. Requerimos de alguien a quien podamos llamar cuando la presión sea muy fuerte, alguien que esté disponible y con quien podamos hablar mientras atravesamos por la ansiedad y compulsión de regresar a nuestra adicción. En la mayoría de los casos tiene que ser un padrino, alguien que esté conectado al programa de 12 pasos. Existen buenas alternativas al programa de 12 pasos, pero generalmente necesitamos estructura y no hay alternativas para la necesidad de guía, inspiración y apoyo confiable y seguro.
Finalmente, en nuestra experiencia, también necesitamos comprometernos a explorar las raíces del porqué nos hemos escapado a través de la adicción. Es importante encontrar un terapeuta que esté entrenado para guiarnos de manera compasiva a través de nuestros miedos y sentimientos de vacío. Esto significa no solo comprender de donde vienen nuestros miedos sino también aprender a construir un contenedor para sostener esos miedos cuando surjan.
Recuperarse de una adicción es todo un reto. Pero cuando la reconocemos y vemos de qué forma impacta nuestra felicidad, sentimos la motivación para ser la persona que estamos destinados a ser y buscamos ayuda, entonces podemos superarla.