Mirando hacia mi vida y a lo que he aprendido al estar dentro de relaciones con hombres, comenzando con mi padre, me doy cuenta que mucho de lo que aprendí ha sido de manera indirecta. Fui forzada a aprender cualidades que faltaban en mis parejas masculinas, cualidades que tuve que encontrar interiormente.
Mi padre era alcohólico. El no estaba, o bien cuando lo estaba era deprimido o quejándose. Fue muy difícil como niña y pude lidiar con ello diciéndome a mi misma que no tenía padre. Ahora puedo ver que eso me ayudó a encontrar mi propia fuerza y valor interior. Entonces de una forma extraña, se convirtió en un regalo.
Mi primer novio carecía de dirección, lo cual me inspiró a encontrar eso internamente.
Más tarde tuve que encontrar integridad y honestidad ya que elegí parejas que tampoco tenían esto.
Al ir encontrando estas cualidades internas, fue posible conocer a alguien con mucha energía masculina positiva y aprender de manera más directa de esa energía.
En mi relación con Krish, se me ha retado a confiar en mi misma, a ir a mi propio ritmo y a no apresurarme para tratar de mantenerme al suyo; a moverme de acuerdo a mi propio sentido de dirección y a darme el tiempo y nutrimiento que necesito. Aprecio y me inspira esta energía masculina que se mueve y crea constantemente pero al mismo tiempo, mi reto es continuar siendo fiel a mi manera, que muchas veces es más lenta y simplemente diferente. Al paso de los años he crecido amando y apreciando las diferencias, sin sentirme ya, amenazada por su intensidad.
Vivimos en un mundo donde hay tanto desequilibrio entre la energía femenina y la masculina. La energía masculina ha estado dominando por tanto tiempo, que incluso las mujeres han favorecido esa energía masculina en ellas mismas. Lo que sucede cuando hay demasiada energía masculina y no hay suficiente energía femenina, es que la energía masculina se vuelve opresiva, agresiva, impaciente e incluso violenta. Y en este desequilibrio, lo femenino se vuelve sumiso, letárgico y deprimido. Todas las bellas cualidades femeninas como aceptación, amor, confianza, creatividad y receptividad, se pierden en la energía muerta de la depresión y resignación.
Si miramos a las dos energías como simplemente energía, sin nada que ver con los sexos, sino solo energía femenina y energía masculina, son dos energías que se complementan la una a la otra. La femenina es suave, gentil, fluida, sintonizada con la naturaleza, sintonizada con el cuerpo, perceptiva, sensible, más centrada en el vientre y el corazón, viviendo en sintonía con la intuición; como agua, lista para moverse, fluir y adaptarse a las circunstancias del ambiente en el que se encuentre; es muy flexible y cede. Tiene cualidades de calidez, compasión, amor y aceptación.
La energía masculina es más sólida, estable, confiable, clara, lista para la acción, intención, con valor y voluntad, enfoque, energía, fortaleza y presencia. La energía masculina tiene la energía de perseverancia y creatividad.
En su estado no sano, la energía masculina puede convertirse en violenta, agresiva y juiciosa. El estado no sano de la energía femenina es colapsada, letárgica, depresiva, quejumbrosa y perdiéndose a si misma.
Es importante estar conscientes de que tenemos ambas energías dentro de nosotros. Si tenemos una tendencia a movernos hacia la energía femenina negativa y deprimirnos, colapsarnos, sentirnos desesperanzados y sin sentido, entonces vamos a atraer la energía masculina negativa; internamente, en la forma de nuestro juez siendo muy duro y severo con nosotras y en el exterior en la forma de una pareja que puede ser juicioso, enojón, crítico o que presiona. El darnos cuenta de este hecho, nos da poder. Es nuestro ser encerrado en la energía femenina negativa quien atrae esta energía masculina negativa y no es mera coincidencia que atraigamos a una persona en particular.
Esta persona esta en nuestra vida para enseñarnos una lección muy valiosa.
¿Cuál es la lección que aprendemos en este caso?
Nuestra lección es despertar nuestra energía masculina positiva; poner límites, bloquear la energía masculina negativa y protegernos a nosotras mismas de la crítica, violencia y presión. Conforme nuestra energía masculina se fortalece, nos volvemos más seguras y confiadas de nuestros límites, nos sentiremos lo suficientemente a salvo para permitir a nuestra energía femenina florecer…. Relajarse…. Expandirse. Entonces, es posible estar en una relación sana con un hombre y es seguro ser vulnerable.
Es una falacia el creer que nuestro florecimiento como mujer solo puede suceder cuando tenemos a un hombre en el exterior de forma segura. Si nuestra energía femenina no es sana: es colapsada, aletargada o deprimida, entonces atraeremos a un hombre no sano como un intento de sanar, de retarnos a nosotras mismas a despertar a ese hombre sano.
Es nuestro intento de crear equilibrio en este mundo.
Trabajando con mucha mujeres veo lo desafiante que es establecer límites ya que tenemos que encarar nuestro miedo al abandono. Y como mujer, o persona con mucha energía femenina, es aún más desafiante ya que la energía femenina de manera natural se disuelve, difumina y cede. La naturaleza de la energía femenina es que conecta y se disuelve, por lo que al principio parece que es algo extraño a nuestra naturaleza el establecer límites y defendernos a nosotras mismas. Podemos juzgarlo como ser rígidas, insensibles o incluso egoístas, pero sin esta energía masculina fuerte y firme, nunca nos sentiremos lo suficientemente seguras para disolvernos y fusionarnos por completo con el otro. Sin un respeto y amor profundos por nuestra individualidad, esta tendencia natural a fundirnos y fusionarnos, fácilmente se convierte a si misma en algo negativo que es amargo, iracundo, resentido, deprimido, aletargado, desesperanzado y desconfiado.
¿Cómo establecer límites cuando estás tan desesperadamente hambrienta de amor? Nuestra parte herida y hambrienta anhela conexión y no le importa para nada la dignidad ni el respeto propio. Todo lo que esta parte nuestra quiere es conexión, algún sentimiento de pertenencia y de unidad. Se requiere de mucha madurez y profundidad el ser capaces de sostener y nutrirnos a nosotras mismas, en vez de ir con alguien para que llene ese vacío.
Muchas mujeres son muy seguras y fuertes en su vida laboral, en su creatividad pero cuando se trata de sus relaciones íntimas, fácilmente se pierden a si mismas.
Un buen ejemplo es una cliente mía que es muy exitosa y segura en su vida laboral de negocios, pero tan pronto se acerca a una pareja y pasa más tiempo con él, comienza a conceder, a enfocarse en él, a agradarlo, a disolverse en él y deja de sentirse a si misma y a sus necesidades. El hambre de disolverse y fundirse la toma por completo y pierde su centro. Comienza a hacer las cosas que el quiere hacer, a involucrarse en sus proyectos incluso a comer lo que él quiere comer. Deja de hacer ejercicio y deja de tomarse su tiempo para meditar. De hecho deja de sentir lo que quiere o necesita, pero comienza a volverse temperamental, emotiva y rápidamente se siente incomprendida y rechazada y se enoja con él. Con frecuencia no se da cuenta que es ella quien se está rechazando a sí misma o más bien abandonándose cada vez que se acerca a él y se “flipea” o pierde el control cuando el no esta sintonizado con ella. Esta es una dinámica muy dolorosa que se siente muy real cuando estamos en ella.
En realidad, ha atraído a alguien con una voluntad y energía muy fuertes, quien no la siente fácilmente. El esta muy en su energía masculina que es lo que atrae a ella. Pero eso también significa que con frecuencia él no esta sintonizado de la manera en que a ella le gustaría. Y esto la pone tensa, la lleva a su límite.
¿Como puede regresar a si misma de manera que pueda permitirle a él ser tal y como es?
Su proceso es reconocer que su huella de abandono ha sido detonada y que necesita tomar tiempo y espacio para estar con ella misma, incluso cuando está con él. Es importante para ella saber que cuando se acerca, es fácil perderse a si misma. Requiere tomar tiempo extra y cuidados para estar consigo misma. Necesita escuchar internamente y sentir cuando está haciendo algo que no está bien para ella y tener el valor de seguir su energía, aún cuando a el no le guste o se ponga temperamental. Necesita establecer límites si él la trata de controlar y voltear su energía hacia ella misma y confiar en su propia manera de ser en este mundo.
Claro que puede compartir con el lo que le esta sucediendo. Pero si su compartir es una manipulación para tratar de cambiarlo, es que no ha aprendido la lección ni ha encontrado su fuerza interna.